En el mundo de la rehabilitación se sigue investigando para adaptarse a las demandas del paciente mediante tratamientos efectivos con los que mejorar la calidad de vida y ganarle el pulso al dolor. Con este fin se introduce la realidad virtual en el campo clínico.
La interacción permite que el usuario cree su propia experiencia obteniendo una sensación subjetiva de «presencia» en el entorno virtual.
Métodos virtuales con fines terapéuticos
Las tecnologías de realidad virtual utilizan dispositivos portátiles, como pueden ser unas gafas, para proyectar un nuevo entorno y generar la sensación de estar inmersos en él. Los métodos virtuales con fines terapéuticos abarcan toda una variedad de modalidades, desde juegos que permiten interaccionar en un contexto virtual hasta entornos de inmersión donde el sujeto siente se siente parte de otra realidad.
¿Y cómo me puede ayudar la realidad virtual en el manejo del dolor?
Según nos muestra la evidencia, la realidad virtual puede servir como complemento para adoptar habilidades en el manejo del dolor.
Al usar esta técnica, la persona con dolor siente que habita el mundo virtual donde no está presente el procesamiento doloroso, disminuyendo así la capacidad de responder a estímulos nocivos y permitiéndole desplazarse sin dolor por el mundo virtual. Suena a nueva moda pero es ciencia.
¿En qué se basa?
La realidad virtual ha demostrado ser eficaz para producir la distracción de pensamientos relacionados con dolor y generar exposición a movimientos temidos.
Así pues, la realidad virtual puede ayudarnos a manejar procesos de dolor persistente como pueden ser dolor lumbar crónico, dolor cervical crónico o en fases de readaptación tras cirugías de espalda, hombros, rodillas o pies, aumentando nuestra exposición a realizar determinados movimientos.